• Atajacaminos coludo | Bibliografía

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  • Atajacaminos coludo | Conservación


    ESTADO DE CONSERVACIÓN SEGÚN BIRDLIFE INTERNACIONAL: PREOCUPACIÓN MENOR

    Esta especie tiene un rango de distribución extremadamente grande y por lo tanto no se aproxima a los umbrales de Vulnerabilidad bajo criterio de tamaño de la extensión de la población (Extensión < 20.000 km² combinado con una declinación o fluctuación del tamaño de la extensión, extensión/calidad del hábitat, o tamaño de la población y un pequeño número de localizaciones o con fragmentación grave). A pesar que la población parece estar disminuyendo, esta declinación no se cree que sea lo suficientemente rápida como para alcanzar los umbrales de Vulnerabilidad bajo el criterio de tendencia poblacional (disminución > 30% en diez años o en tres generaciones). El tamaño de la población no ha sido cuantificada, pero no se cree que alcance los umbrales de Vulnerabilidad bajo el criterio de tamaño de la población (<10.000 individuos maduros con una disminución continua estimada > del 10% en diez años o en tres generaciones o con una estructura de población específica). Por estas razones, la especie es evaluada como “preocupación menor”
    El tamaño global de la población no ha sido cuantificada, pero esta especie se describe como “poco común” irregularmente distribuida (Stotz, 1996:174)
    Se sospecha que la población está en declive debido a la degradación y destrucción del hábitat (Birdlife International, 2022)
    Collar & Andrew (1988:85) lo consideran, raro en Rio Grande do Sul (Belton, 1984:563) y parece localmente seguro en Sao Paulo, aunque la población total aparentemente es pequeña (Sick, 1997:420).
    Fergusson-Lees & Faull (1992:51) lo catalogan como especie en peligro.

    EFECTOS DE LA ACTIVIDAD HUMANA EN LAS POBLACIONES
    Esta especie es cazada por diversión y para conservar las timoneras de los machos. También por creencias que infunden temor (ave de mal augurio o que atrae desgracias). Otra amenaza son los vehículos a alta velocidad en los caminos.

    En ARGENTINA
    Los autores Arévalos & Manfredini (2014:10) comentan que: Se supone que el atajacaminos coludo ha aumentado sus poblaciones en Argentina por el manejo y pérdida de la selva que generó una combinación de capueras, claros y remanentes de selva. Con base en la evidencia histórica y las densidades actuales de la población se considera que la especie habría ingresado desde Brasil por el este de Misiones en los departamentos serranos de Guaraní, San Pedro y quizás General Belgrano, para luego avanzar hacia el sur, oeste y norte de la provincia.

    (S.I.B.)
    No Amenazada (NA): según AA y SAyDS, 2008 (Aves Argentinas y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable). López-Lanús, B., P. Grilli, E. Coconier, A. Di Giacomo y R. Banchs. Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación. Informe de Aves Argentinas /AOP y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Buenos Aires, Argentina. 1 ed. AOP: Buenos Aires, Argentina
    No Amenazada (NA): según MADS y AA, 2017 (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y Aves Argentinas). Categorización de las Aves de la Argentina según su estado de conservación. Informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y de Aves Argentinas. 146 p. 2017
    No Amenazada (NA): según SAyDS, 2010 (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable). Categorización de aves autóctonas de Argentina. Lista de aves no registradas, endémicas y exóticas de Argentina (Res 348). 2010
    Preocupación Menor (LC): según UICN (API) (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Lista Roja de la UICN publicada en https://www.iucnredlist.org. Actualización en tiempo real.

  • Atajacaminos coludo | Distribución


    InfoNatura: Animals and Ecosystems of Latin America 2007

    Originario de América.
    Endémico de la Selva atlántica se distribuye por una área restringida al sureste de Brasil (Pinto de Oliveira, 1978:180; Belton, 1984:563), este de Paraguay y noreste de Argentina (de la Peña, 2020:245; Collar & Andrew, 1988:85; Sick, 1979:420; Mazar Barnett & Pearman, 2001:48; Narosky e Yzurieta, 2010:195; Bodrati & Cockle, 2012:46; Chatellenaz et al, 2012:69; Stotz et al., 1996:317)
    En el Sudeste de Brasil se distribuye desde sureste de Minas Gerais y Espírito Santo hasta São Paulo, Rio de Janeiro y Paraná (Anjos et al., 1997:166; Moraes & Krul, 1995:79; Belton, 1984:563; Scherer-Neto & Costa-Straube, 1995:35), Santa Catarina y Rio Grande do Sul; también en Noreste de Argentina y recientemente registrado en el sur de Paraguay (Hostettler & Smith, 2014:411).
    En la mayor parte de su distribución sus densidades poblacionales parecen ser bajas, aunque sería localmente más común en el sur y sudeste de Brasil.

    En Argentina: Macropsalis forcipata (Nitzsch, 1840) registrado en las provincias de Misiones y Corrientes (de la Peña, 2015:335; de la Peña, 2020:245) (abrir enlaces para ver coordenadas y citas bibliográficas)

    HÁBITAT

    Se lo encuentra principalmente en selvas abiertas, bosques de 2º crecimiento, borde y claros de bosque (Collar & Andrew, 1988:85), capueras, potreros, campos de cultivos bajos y zonas suburbanas, quizás especialmente cerca del agua (Cleere, 1998:293); en regiones onduladas y serranas de las zonas más al norte de su distribución. Con frecuencia se pueden observar ejemplares posados en el piso de caminos de tierra en mal estado, poco transitados o que pueden ser transitados a baja velocidad (de la Peña, 2015:335; Sick, 1997:420). En Paraná, Brasil, también habitaría zonas secas y arenosas, playas con vegetación y ambientes salinos (Cleere, 1998:293). En el estado de Santa Catarina es una especie muy frecuente en hábitat muy degradado, incluso en bordes de plantaciones de árboles exóticos (Bodrati & Cockle, 2012:47-49; Arévalos & Manfredini, 2014:10).
    Registrado desde tierras bajas hasta 1800 msnm (Collar & Andrew, 1988:85; Stotz et al., 1996:174; Cleere, 1998:293).

    Ecorregiones: Selva Paranaense (Parker & Goerck, 1997:534; Stotz et al., 1996:174; Mazar Barnett & Pearman, 2001:48).

  • Atajacaminos coludo | Comportamiento


    De hábitos crepusculares y nocturnos. Vuela a baja altura. Se mueve en estrato medio (Stotz et al., 1996:174). Se posa en el suelo y las ramas de los árboles. En ambiente frío, lluvioso, pueden volverse letárgicos o en semi-letargo. Presuntamente sedentario (de la Peña, 2015:335; de la Peña, 2020:244: Cleere, 1998:293).
    Posados en caminos de tierra, en los mismos puntos, en noches repetidas a lo largo de semanas. Hembras más crípticas y solo eventualmente se posan en los caminos. Se observa con mayor frecuencia cuando hay luz de la luna (Bodrati & Cockle, 2012:48).

    VOCALIZACIONES

    Las llamadas son emitidas por ambos sexos y consisten en un rápido y repetitivo “tsip, tsip, tsip, tsip” (Cleere & de Juana, 2020), a menudo acompañan los vuelos de cortejo (Cleere, 1998:293).
    En Argentina los autores Bodrati & Cockle (2012:48) comentan, que los individuos de M. forcipata vocalizan poco y solo han escuchado vocalizaciones entre septiembre y noviembre, que sería el pico de la etapa reproductiva. En esa época, al atardecer, cuando aún hay luz natural, el macho sale de su dormidero y hace vuelos con la cola ‘colgando’ entre 2 y 3 m de altura, produciendo frecuentemente vocalizaciones de bajo volumen “pt-sssssii”.

    ALIMENTACIÓN

    La dieta de esta especie ha sido poco estudiada, pero probablemente se alimente de insectos. Aparentemente los capturan de las hojas de los árboles, también en el aire, al ser atraídos por las luces artificiales, con vuelos bajos casi lineales, o vuelos erráticos (Bodrati & Cockle, 2012:49); se los ha registrado alimentándose sobre el suelo (Cleere, 1998:293; Cleere & de Juana, 2020)

    REPRODUCCIÓN

    En Brasil, probablemente, se reproduce entre octubre?- noviembre y enero en el sur (Cleere, 1998:293 ; Cleere & de Juana, 2020), agosto-noviembre en estado de Paraná (Pichorim, 2002:149); en noreste de Argentina se ha registrado un probable cortejo a finales de septiembre (Cleere & de Juana, 2020) y en Misiones se capturó un volantón en el mes de noviembre (de la Peña, 2020:245).
    Pichorim (2002:153) propone, que el período reproductivo y la postura de huevos están sincronizados con las fases de la luna, e incluso los despliegues de cortejo nupcial se realizan básicamente por estímulos visuales, y por esto requieren de noches claras.
    Nido ubicado a la sombra de la vegetación; no construye nido, deposita los huevos directamente en el suelo o sobre un lecho de hojas. Se han encontrado próximos algunos sitios de nidificación, lo que revelaría una aparente tendencia de la especie en concentrar sus nidos (Pichorim, 2002:160).
    Olmos & Rodrigues (1990:203-204) describen el cortejo: Al anochecer el macho llega volando desde la arboleda y se posa en el camino. De vez en cuando, vuela hacia los árboles, a unos 100 m de distancia, y aparentemente caza insectos al vuelo. Después de cada vuelo se posa en el mismo sitio del camino.
    A los pocos minutos la hembra vuela fuera del bosque y comienza a rondar al macho posado, a unos 80 cm sobre el suelo. El macho inmediatamente eleva su cola de la posición horizontal a la de ángulo recto formando una llamativa V blanca y haciendo visible la garganta blanca. En un momento la hembra alza vuelo seguida por el macho. En seguida, el macho vuelve a posarse, solo. Dos minutos más tarde la hembra vuelve a acercarse, posándose frente al macho, el cual nuevamente alza la cola y exhibe la garganta blanca unos segundos. Entonces comienza a rondar a la hembra. La cola vuelve a ponerse en posición vertical, y se produce la cópula mientras mueve las alas como si temblara. Luego de unos segundos se alejan volando.
    Huevos elípticos, de superficie opaca, beige con manchas pardo-rojizas y ceniza distribuidas uniformemente por toda la superficie. Puesta entre 2 y 7 huevos en días consecutivos (Pichorim, 2002:151; de la Peña, 2015:335)
    Incubación de 18-20 días. Se observó sólo a las hembras incubando, mientras los machos permanecen en las proximidades durante la incubación.
    La hembra, si ve amenazado el nido, realiza maniobras de distracción (Pichorim, 2002:152; Moraes & Krul, 1995:80; Cleere, 1998:293)
    Polluelos cubiertos de plumón grisáceo, con estrías beige-castañas y negras.
    Cuidados parentales sólo por la hembra.

  • Atajacaminos coludo | Descripción


    © Hector Bottai. Atajacaminos coludo (macho) en Tremembé – SP – Brasil. Agosto 2013. Algunos derechos reservados

    © Hector Bottai. Atajacaminos coludo (hembra) en Tremembé – SP – Brasil. Agosto 2013. Algunos derechos reservados

    Dimorfismo sexual.
    Descripción según Cleere (1998:294), frente, corona y nuca marrón densamente moteada de castaño-grisáceo, beige, castaño-rojizo y canela. Plumas centrales estriadas y punteadas de marrón-ceniciento. Amplio collar castaño-rojizo o con algo de beige alrededor de la nuca.
    Manto, espalda, lomo y rabadilla marrón oscuro, punteado o barrado de castaño-rojizo, beige o canela.
    Cubiertas supracudales marrones barradas de gris-castaño, castaño-rojizo, beige o canela.
    Cubiertas alares menores marrones, punteadas o barradas de castaño-rojizo. Resto de las cubiertas alares marrones, barradas o moteadas de castaño-rojizo y beige.
    Escapulares marrón-ceniciento, moteadas de castaño-rojizo, canela o beige, bordeadas de beige sobre los vexilos externos.
    Remeras primarias marrones, R9-R1 moteadas de beige o castaño-rojizo pálido sobre los vexilos externos, barradas de beige o castaño rojizo pálido a lo largo de los vexilos internos.
    Remeras secundarias marrones con puntas beige o castaño-rojizo pálido, barradas de castaño-rojizo en ambos vexilos.
    Remeras terciarias marrones moteadas de beige, castaño-rojizo paĺido y gris claro.
    Cola marrón, con todas las plumas con punta puntiaguda. Las timoneras T5 extremadamente elongadas, con amplio vexilo interno bordeado de parduzco o blanquecino, que se estrecha hacia la punta, y vexilo externo estrecho barrado de castaño-rojizo o beige en la parte proximal.
    El macho tiene elongadas las plumas externas de la cola, ampliamente bordeadas de castaño-blanquecino o blanquecino sobre los vexilos internos. Las plumas externas siguientes, también con amplios bordes castaños-blanquecinos o blanquecinos sobre los vexilos internos; los 3 pares interiores son enteramente grisáceas o castaño-cenicientas sobre los vexilos internos. Timoneras: T4 similar a T5 pero 300-400 mm más corta; T3: 100 mm más corta que T4; T2: 30-40 mm más corta que T3, y el par central T1: 20 mm más corta que T2.
    Loral y auriculares marrones moteadas de castaño-rojizo. Barba beige, garganta marrón, barrada de castaño-rojizo, beige y blanquecino.
    Pecho marrón barrado de castaño-rojizo, beige y beige pálido.
    Vientre, flancos, subcaudales y tapadas beige barradas de marrón.
    Pico negruzco. Patas y dedos pardos. Iris pardo (de la Peña, 2015:334; de la Peña, 2020:244; Narosky e Yzurieta, 2010:195)
    Hembra: Similar al macho pero sin elongación en timoneras externas, ni blanco en la cola. Cola marrón, barrada de castaño-rojizo y moteada de pardo-grisáceo.

    * (Cleere, 1998:294)
    ** (de la Peña, 2015:334; de la Peña, 2020:244)

  • Atajacaminos coludo | Taxonomía


    Monotípico
    Protónimo: Caprimulgus forcipata

    NOTA TAXONÓMICA
    Anteriormente conocida como Macropsalis creagra. Pacheco & Whitney (1998:259), seguido por Cleere (1999), propusieron que el nombre correcto para la especie sea Macropsalis forcipata. Reconocido por la SAAC (South American Classification Committee; propuesta 266), por lo que el nombre “forcipata” tiene prioridad sobre “creagra” (Mazar Barnett & Pearman, 2001:136)

  • Atajacaminos coludo | Macropsalis forcipata


    El atajacaminos coludo es una especie endémica de la selva atlántica. Se distribuye desde el sudeste del Brasil al noreste de Argentina. Es una especie actualmente considerada no amenazada o cercana a la amenaza a nivel internacional.

    NOMBRES COMUNES: Atajacaminos coludo, Atajacaminos coludo grande (Argentina); Dormilón tijereta , Dormiñoco cola larga (Chébez, 1996:135; de la Peña, 2020:244). Bacurau-tesourão, Curiango-tesourão (Brasil) (Sick, 1997:420). En guaraní le dicen “Yvyja’u”

    EN OTROS IDIOMAS

    BREVES APUNTES HISTÓRICOS