Cuclillo chico | Comportamiento


Diversos autores coinciden en caracterizarlo como solitario, aunque ocasionalmente se lo observa en parejas. Su comportamiento es reservado y difícil de detectar, ya que permanece oculto entre el follaje, desplazándose principalmente por la parte media y baja de los árboles, arbustos y matorrales (de la Peña, 2020:82; Di Giacomo, 2005:287).
Erritzoe (2012:286) lo describe como esquivo, solitario, a veces en parejas, oculto entre la vegetación a alturas de 2 a 5 metros, aunque puede ubicarse en estratos más altos durante el invierno austral en la Amazonía. Es posible observarlo ocasionalmente tomando sol en las copas de los árboles. Su vuelo suele ser bajo y directo, y durante la temporada reproductiva emite vocalizaciones a lo largo del día (Wetmore, 1926:189; de la Peña, 2015:301; 2020:82; Salvador et al., 2017:45; Di Giácomo, 2005:287). Además, puede integrarse esporádicamente a bandadas mixtas en otoño (Di Giacomo, 2005:287).

VOCALIZACIONES

Sonoro y áspero “cherro..cherro.. cherro”, como el de C. americanus pero sin cloqueo al final. Lo repite de 3-6 veces de forma esporádica (de la Peña, 2015:301; de la Peña, 2020:83; Payne, 2020).

 

ALIMENTACIÓN

Los estudios revisados coinciden en señalar que la alimentación de los ejemplares analizados se basa fundamentalmente en insectos y sus larvas (Payne, 2020). Investigaciones de De la Peña (2020:83) y Aravena (1928:159) revelan la presencia de larvas de lepidópteros del género Colias, así como restos de coleópteros indeterminados, fragmentos vegetales y piedritas en contenidos estomacales recolectados en Tigre (F.C.C.A.), en marzo de 1922. La proporción de los componentes del contenido estomacal fue estimada en un 95 % de origen animal, 2 % vegetal y 3 % mineral.
Por su parte, Zotta (1940:405) documentó un caso en el que el contenido estomacal de un ejemplar capturado el 14 de febrero de 1934 en el Delta del Paraná, Buenos Aires, consistía exclusivamente en 19 orugas de Hylesia nigricans (Gata peluda).
Asimismo, De la Peña, citado en De la Peña y Salvador (2010), señala el consumo de arácnidos y orugas. A su vez, Salvador et al. (2017:45) describen una dieta entomófaga diversa, incluyendo Blattodea (Isoptera: termitas aladas), Coleoptera (Curculionidae, Scarabaeidae), Lepidoptera (orugas velludas y verdes, adultos de Hesperiidae y Pieridae: Colias lesbia, en sus fases adulta y larval), Mantodea (Mantidae) y Orthoptera (Acrididae, Tettigoniidae). Esta composición es reafirmada por Salvador & Salvador (en De la Peña & Salvador, 2010), quienes también mencionan la ingesta de representantes de los órdenes Coleoptera, Lepidoptera, Mantodea y Orthoptera. Finalmente, Bodrati y Salvador (2015:82) destacan específicamente la inclusión de termitas en la dieta.

REPRODUCCIÓN

El nido presenta una estructura sencilla, consistente en una plataforma simple, ovalada y plana construida con ramas —en ocasiones espinosas— revestida internamente con hojas, paja de gramíneas, nervaduras foliares, hojas y/o pecíolos. Ubicada generalmente en arbustos o árboles (Payne, 2020). Suelen localizarse entre 0,75 y 5 metros de altura, en arbustos o árboles, ya sea en horquetas expuestas o semiocultas, a veces cubiertas por vegetación trepadora, particularmente en ambientes arbustivos abiertos (de la Peña, 2013:173; 2015:301; 2020:83; Erritzoe, 2012:286).
En la provincia de Córdoba, Salvador (2011:103) documentó su construcción en distintas especies vegetales: *Celtis spinosa* (n=6), *Geoffroea decorticans* (n=5), *Schinus longifolia* (n=4), *Jodina rombifolia* (n=2), *Arundo donax* (n=1) y *Condalia microphylla* (n=1). La altura de los nidos varía entre 1,50 y 5,00 metros.
En cuanto a sus dimensiones, los nidos presentan un diámetro total de entre 10 y 15 cm, un diámetro interno de 8 cm, una altura de entre 3 y 8,5 cm, y una profundidad de entre 0,5 y 3,5 cm. La construcción del nido demanda entre 6 y 8 días (Erritzoe, 2012:286; de la Peña, 2013:174).
Los nidos pueden contener entre 1 y 4 huevos, y hasta 3 pichones. La puesta se realiza en días consecutivos durante un período de 6 a 8 días, consistiendo en 3 a 4 huevos de color blanco, ocasionalmente con depósitos calcáreos del mismo color, con forma ovoidal o elíptica. Las medidas de los huevos son: promedio de 24,7 × 19,0 mm, con un rango de 23,6 a 28,2 × 18,5 a 19,6 mm (n=8). El peso promedio es de 4,7 g, con un rango de 4,0 a 5,4 g (n=8) (Di Giacomo, 2005:287).
El período de incubación dura entre 12 y 13 días, y los pichones permanecen en el nido entre 13 y 15 días (Salvador, 2011:103; de la Peña, 2013:174). Las cáscaras de los huevos eclosionados no son retiradas del nido (Hartert & Venturi, 1909:231; Pereyra, 1937; Short, 1975:230; Di Giacomo, 2005:287).
En Argentina, la temporada reproductiva se extiende de octubre a marzo. Se han localizado nidos en las provincias de Tucumán, Formosa, Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires. Erritzoe (2012:286) indica que en el oeste de Paraguay la reproducción ocurre entre diciembre y enero, y en Argentina, en enero en Entre Ríos. También se han observado nidos y huevos de octubre a diciembre en Santa Fe, y de noviembre a diciembre en Formosa. En Córdoba, Salvador (2011:103) reporta actividad reproductiva de noviembre a febrero.
Ambos miembros de la pareja participan en la alimentación de los pichones. Para una descripción más detallada sobre la reproducción de esta especie en Argentina, véanse los trabajos de de la Peña (2013:173), Babarskas et al. (2003:82), Di Giacomo (2005:287), Salvador (2011:103) y Sia et al. (2021).
De acuerdo con de la Peña (2013:174) y Salvador (2011:103), «los pichones nacen con los ojos semiabiertos, piel oscura con tonalidad verdosa, y un plumón largo de color gris claro. La comisura y el pico presentan un color natural, mientras que el paladar es rosado, con seis puntos blancos (cuatro grandes y dos pequeños), y dos adicionales en la lengua. El resto de la cavidad bucal, incluida la lengua, es rosado».

  • A los 3 días: ojos completamente abiertos de color marrón; patas oscuras; vocalización presente; pico gris oscuro con comisura más clara; escaso plumón gris claro; piel oscura con pliegues verdosos; aparición de vainas grises en las plumas primarias; las láminas aún poco visibles.
  • A los 6 días: aparición de las láminas blancas de las plumas ventrales; flancos con tonalidades ocráceas-canelas; desarrollo de láminas en las plumas de la cabeza, dorso, alas y cola, con coloración parda.
  • A los 7 días: se observa una mancha negra en la punta de la lengua y dos adicionales (una redonda y otra transversal) en la parte superior y posterior; realizan movimientos de extensión cefálica que les permiten tocar el dorso con la cabeza.
  • A los 8 días: el cuerpo está completamente emplumado; el pico se torna negro; la región dorsal presenta un tono gris pardusco; garganta y pecho, gris claro; abdomen, blanquecino ocráceo; alas pardas y cola gris pardusca. Ante perturbaciones, los pichones pueden abandonar el nido.
  • A los 9 días: el plumaje se asemeja al del adulto, sin manchas blancas en la cola. A esta edad, el nido suele estar considerablemente sucio debido a la acumulación de materias fecales».

Durante este periodo, los padres alimentan a los pichones con orugas, insectos y arañas.