Según Fitzgerald et al. (2020), buscan alimento principalmente en el estrato medio y el dosel del bosque, donde, pese a su tamaño considerable, pueden pasar desapercibidos. Se desplazan saltando entre ramas y su movimiento, junto con su coloración, recuerda al de una ardilla, lo que explica su nombre común en inglés. Frecuentemente se trasladan de un árbol a otro mediante planeos prolongados interrumpidos ocasionalmente por breves aleteos.
Estos cucos pueden alimentarse ocasionalmente en asociación con hormigas guerreras. Willis & Eisenmann (1979:14) indicaron que P. minuta, P. melanogaster y P. cayana rara vez siguen a estas hormigas para capturar presas espantadas, ya que están mejor adaptadas al forrajeo entre el follaje que cerca del suelo. Willis (1983:29) añadió que la mayoría de los registros de esta conducta corresponden a P. cayana, especialmente en bordes de bosque o en el interior de bosques panameños al final de la temporada lluviosa y reproductiva. En la isla Barro Colorado, Panamá, esta conducta es estacional, con mayor frecuencia entre noviembre y diciembre (Willis, 1983:29). Las observaciones se concentran en individuos buscando alimento sobre enredaderas de lianas o en el dosel de árboles secundarios, más que en el suelo o sotobosque.
En cuanto a las interacciones reproductivas, la cópula es precedida por alimentación nupcial, sin exhibiciones adicionales ni vocalizaciones (Skutch, 1966:142). En Costa Rica, Skutch (1966) observó adultos alimentando a sus parejas, conducta que en ocasiones antecedía inmediatamente a la cópula, durante la cual ambos sostenían insectos en sus picos.
Respecto a la estructura social, son generalmente solitarios, aunque habitualmente se observan en parejas y ocasionalmente forman pequeños grupos (ffrench (1991:191; Fitzgerald et al., 2020). Pueden seguir bandadas mixtas, aunque a menudo se alimentan de manera independiente. Skutch (1966:140) destacó que no realizan vuelos prolongados, prefiriendo desplazarse entre árboles mediante saltos o cortos planeos (de la Peña, 2016:327). Para ganar altura, ascienden gradualmente de rama en rama, pero para descender ejecutan largos planeos con las alas extendidas y la cola desplegada, emitiendo sonidos metálicos. También señaló que no forman bandadas, sino que viven en parejas todo el año, aunque los individuos no permanecen juntos constantemente; suelen separarse por varios árboles y mantener contacto mediante vocalizaciones.
VOCALIZACIONES
El cuco ardilla (Piaya cayana) vocaliza con poca frecuencia, pero presenta un repertorio amplio y distintivo (Fitzgerald et al., 2020). Sus llamadas incluyen un reclamo áspero descrito como “jicaro”, “eee-kah” o “kweep-kweep” (Skutch, 1966:141), “kikerah” o “geep-kareer” (Ridgely & Gwynne, 1989:183), y “chek-e-rehr” (Howell & Webb, 1995:348). También emite un llamado bisílabo “eee-kah” o “chick-kwah” (Skutch, 1966:141; Howell & Webb, 1995:348), y un canto explosivo “KEEK! wahh” (Lane in Schulenberg et al., 2007:184).
Durante el vuelo produce notas cortas como “trrt-trrt-trrt” (Ridgely & Gwynne, 1989:183) o “djet!-djet!” (Hilty, 2003:351), y un cascabeleo seco y gutural (Howell & Webb, 1995:348). Su canto consiste en una serie de notas repetidas “whip-whip-whip…” o “wheep” que pueden ser fuertes o suaves (Skutch, 1966:141; Willis & Eisenmann, 1979:14).
Belton (1984:542) lo describió como una voz alta y abrupta, que incluye gruñidos ásperos y sonidos nasales. de la Peña, (2016:327) y Straneck (in litt.) mencionan secuencias de silbidos cortos “juit-juit-juit” y un llamado fuerte “chrrrrr”. Estas vocalizaciones cumplen funciones tanto territoriales como de comunicación entre los individuos.
ALIMENTACIÓN
Según Fitzgerald et al. (2020), el tingazú o cuco ardilla (Piaya cayana) es principalmente insectívoro. Aunque los datos disponibles son escasos, se han registrado como presas diversas orugas —incluidas especies con pelos urticantes—, insectos palo, saltamontes, escarabajos, avispas, abejas, hormigas grandes, cigarras, hemípteros, odonatos, insectos no identificados y arañas de gran tamaño (Todd & Carriker, 1922:212; Dickey & van Rossem, 1938:215; Schubart et al., 1965:151). También se ha documentado el consumo de restos quitinosos de escarabajos y pulpa de frutos pequeños (Blake & Hanson, 1942:529).
Adicionalmente, esta especie puede capturar pequeños vertebrados. Wetmore (1968:118) registró la depredación ocasional de lagartijas pequeñas, y Cintra & Sanaiotti (1990:470) observaron a un individuo capturando y matando una rana arbórea (Osteocephalus taurinus), la cual no fue consumida, probablemente debido a su tamaño (10 cm), lo que sugiere que podrían alimentarse de ranas más pequeñas. También se ha planteado la posible depredación de huevos de aves, aunque no existen observaciones directas que lo confirmen (Gibbs, 1991). En cuanto al consumo de frutos, se han registrado especies como Plinia trunciflora (guapurú – ibá porú – îwa purú – yvapuru) (Bodrati, 2006), Allophylus edulis (chalchal, cocó, cocú, kokú, wakú) (Bodrati & Haene, 2008) y semillas de Cassia chrysocarpa (Schubart et al., 1965:151).
Skutch (1966:140) afirmó que el cuco ardilla es, en su experiencia, exclusivamente insectívoro, y describió su método de caza como una combinación de movimientos pausados y escrutinio minucioso, seguidos de saltos repentinos, a veces de gran longitud. El ave examina lentamente el follaje con sus ojos rojos, y una vez que detecta una presa, la captura con rapidez. Posteriormente, la golpea contra una rama o la tritura con el pico antes de ingerirla. Este comportamiento fue reiterado por Skutch (1983:55–56), quien también destacó la captura de insectos palo de hasta 10–12 cm de longitud.
Todd & Carriker (1922:212) señalaron que la dieta de Piaya columbiana, especie en ocasiones considerada conespecífica con P. cayana, se compone casi exclusivamente de insectos palo (Phasmatodea), particularmente los de mayor tamaño. No obstante, en Centroamérica, P. cayana consume una mayor variedad de insectos, incluidas orugas verdes y polillas, a pesar de que algunas orugas pueden poseer espinas venenosas irritantes.
Registros adicionales confirman la ingestión de diversas órdenes de insectos, como Coleoptera (Chrysomelidae), Hemiptera (Pentatomidae), Homoptera (Cicadidae, Fulgoridae), Hymenoptera (Pergidae, Meliponidae), Lepidoptera, Orthoptera (Acridiidae, Tettigoniidae), así como arácnidos (Araneidae) (Repenning et al., 2009; Schubart et al., 1965:151; Haverschmidt & Mees, 1967:151; Wetmore, 1968:118; de la Peña, 2016:327).
REPRODUCCIÓN
La biología reproductiva ha sido ampliamente estudiada en diversas regiones de su distribución (Payne, 2005:334; Fitzgerald et al., 2011).
El cuco ardilla construye nidos en árboles, arbustos o vegetación densa y baja (Skutch, 1966:143; Rowley, 1984). El nido consiste en una plataforma suelta de ramas gruesas cubierta por hojas, algunas frescas, y mide aproximadamente 15–18 cm de diámetro y 6–9 cm de profundidad (Skutch, 1966:143; 1983:57). La construcción es realizada por ambos miembros de la pareja, uno aportando materiales y el otro acomodándolos (Skutch, 1966:144).
La puesta suele ser de dos huevos blancos, ocasionalmente manchados por el material del nido. Las dimensiones registradas son 34,6 ± 1,04 × 25,3 ± 0,88 mm (n=8) (Cherrie, 1892:326; Skutch, 1966:146; Rowley, 1984). En algunos casos se han reportado hasta tres huevos y tonalidades grisáceas recubiertas de material calcáreo (de la Peña, 2016:327). La incubación, compartida por ambos sexos, dura 18–19 días (Skutch, 1966:149).
Ambos progenitores alimentan a los polluelos con pocas presas grandes por la mañana, mantienen el nido limpio y aportan hojas frescas (Skutch, 1966:149; 1983:58). Los juveniles comienzan a salir gradualmente del nido hacia los ocho días, permaneciendo cerca en ramas próximas antes de independizarse progresivamente (Skutch, 1966:149; 1983:58).
El cortejo incluye alimentación entre la pareja, en ocasiones seguida de cópula (Skutch, 1966:142). Este comportamiento ha sido observado en Costa Rica y se caracteriza por el intercambio de insectos durante la monta. La reproducción ocurre en distintas épocas según la región: de enero a octubre en Trinidad (ffrench, 1991:191), y entre noviembre y enero en Argentina (de la Peña, 2016:327).
Los nidos han sido registrados en diversos hábitats y alturas: desde 0,7 hasta 12 m sobre el suelo, en árboles, helechos, bambúes, palmeras y ombúes (Skutch, 1966:143; de la Peña, 2016:327; Di Giacomo, 2005:289-290). En Argentina se documentaron nidos en Salta, Formosa y Misiones, con estructuras semiesféricas de ramitas y hojas (de la Peña, 2016:327).
Depredadores incluyen Accipiter bicolor y Bubo virginianus (Di Giacomo, 2005:289). Además, se han registrado casos de parasitismo por moscas del género Philornis (Bodrati en Salvador & Bodrati, 2013).