Carpintero garganta negra | Comportamiento


En parejas o en grupos familiares de hasta 5 miembros (Wetmore, 1968).

Tanto los machos como las hembras exhiben comportamientos territoriales, donde ambos se involucran de forma agonística cuando defienden el territorio.

Comportamiento agonista:
hembra vs hembra: dos hembras pueden alinearse en una serie de árboles, donde se mueven en los troncos, una tratando de agredir a la otra, o exibiéndose. Estos conflictos pueden ser por el territorio, ya que ocurren al final de la estación de reproducción
macho vs macho: observado entre dos machos, donde uno perseguía al otro con, vuelos cortos y muy sonoros de árbol en árbol, centrados alrededor de un gran tocón (apto para anidar), al cual, a menudo, volvían los dos machos. Cuando descansaban, se detectaron dos conflictos directos: 1) uno de los machos se aferraba boca abajo a una gran rama y el otro estaba posado en la parte superior abriendo las alas cada vez que el primero intentaba subir por la rama. 2) ambos machos volaban en direcciones opuestas y el propietario del territorio tamborileaba lentamente durante unos 6 min antes de atacar al macho intruso (Kilham 1972). No vocalizan ni agitan el pico durante la defensa del territorio, lo cual puede deberse a que en los trópicos las aves están muy expuestas a riesgos predatorios y podrían atraer más la atención de los predadores (Kilham 1972).

Se lo ha visto en compañía del Carpintero de garganta estriada (Dryocopus lineatus) y parece que estas dos especies coexisten francamente bien (se ignoran) y no son frecuentes las confrontaciones (Kilham 1972).

Exibiciones: son muy comunes los roces entre los picos de macho y hembra durante el periodo más activo del cortejo. Durante éste, la pareja se coloca muy junta, eleva los copetes y se dedican a contactar con los picos (casi hasta la mitad de su longitud). Este interés en los picos durante el cortejo puede estar relacionado con la manera en que el macho picotea el pico de la hembra durante la cópula (Kilham 1972).

Cortejo: se han visto al macho y a la hembra en sus propios árboles, donde comienzan un dueto de tamborileos. Luego, el macho vuela al árbol de la hembra, donde la hembra se mueve en una rama horizontal, acuclillándose en posición transversal hasta que se aproxima el macho (Kilham 1972).

Se han observado 5 métodos principales en la búsqueda de alimento:

  • Picoteando: buscan insectos en las capas superficiales de la madera con relativamente pocos picotazos (Kilham 1972)
  • Percusión: no sólo para encontrar comida, sino que también dan picotazos exploratorios de vez en cuando, sin cavar en la madera, para que las larvas-taladro de la madera se muevan dentro de sus túneles o para sondear la diferencia entre un túnel abierto y la madera maciza (Kilham 1972).
  • Golpes: Combinan potentes y rápidos golpes sobre ramas muertas con el fin de descubrir la presa (Kilham 1972).
  • Sondeo: introducen el pico  en las cavidades naturales donde exploran los insectarios con sus largas lenguas
  • Excavación: Cuando forrajea en trozos bien podridos  pueden cavar hoyos de 10 cm o más de profundidad; durante este proceso arrojan grandes piezas de madera en el suelo (Kilham 1972).

El comportamiento alimentario también pueden cambiar con relación a las estaciones secas y lluviosas:
Temporada seca: Las parejas a menudo forrajean juntas, a unos 15 m el uno del otro. Buscan alimento en los bosques maduros, alimentándose de media, en niveles intermedios en los árboles. Las hembra es el recolector más activo, siendo a menudo, las primeras en volar hacia otros árboles (Kilham, 1972).
Temporada de lluvias: Forrajean en  pequeñas ramas, en la parte inferior de las hojas. Se presume que durante la temporada de lluvias, los insectos son particularmente abundantes en estas superficies inferiores, donde la humedad tiende a acumularse (Kilham, 1972).

VOCALIZACIONES

En general es silencioso, aunque posee una gran variedad de llamadas.

Llamadas:

Su llamada más frecuente es durante la época de reproducción  “tkep-tkep-tkepca”, similar al croar de una rana.

Llamadas de alarma: cuando se les molesta en el nido, emiten un “ca-wa-rr-r”, a menudo repetidos.

Los machos y las hembras también ofrecen un estridente “put” “puttas”, como expresión de excitación, que puede repetirse durante varios minutos (Kilham 1972)

Sonidos no vocales:
Tamborileo:en los árboles al excavar la cavidad del nido, durante el cortejo, disputas territoriales o simplemente para mantener el contacto con otros individuos a lo largo del día. Consiste en un golpe corto y fuerte, seguido de una vibración corta y débil “DA-drrr”. Comienzan a una frecuencia de 1-2/3 por min, siendo 3/ min la más rápida.

Duetos de la pareja por periodos continuados de más de 20 min durante el cortejo y justo antes de la copulación; mientras que el tamborileo débil, producido sobre un tocón resonante, se relaciona en general, con disputas territoriales y reivindicación de dominancia.
Ruido con las alas: puede volar silenciosamente. Sin embargo, y a menudo, provocan un ruido fuerte al batir las alas, aún en vuelos de corta distancia, que sin duda mantiene a cada miembro de la pareja informado de los movimientos y dirección.
Toques con el pico: en los momentos álgidos del cortejo, los miembros de la pareja se acercan, elevan las crestas, y contactan con los picos (Kilham, 1972)

ALIMENTACIÓN

Rompen la corteza de los árboles en busca de insectos: coleópteros (escarabajos),  Isoptera (termitas) (Kilham, 1972), Lepidópteros (mariposas, polillas y larvas de Pyralidae) y hormigas (Haverschmidt, 1968), (Short, 1975). También comen fruta, bayas de Loranthaceae (Haverschmidt ,1968) y “pequeñas semillas amarillas” (Willard et al. 1991).

REPRODUCCIÓN

En Argentina se reproducen entre noviembre y diciembre. Las parejas excavan sus nidos en troncos de árboles muertos o palmeras.

La puesta es de 2-3 huevos blancos y brillantes que son incubados durante 9-14 días por ambos padres alternándose cada 30 minutos durante unas 4 hs diarias (Las hembras incuban por la noche).

El periodo de incubación es corto, pero por el contrario, el tiempo de construcción del nido es más largo que en otras especies. Generalmente solo una de las crías sobrevive.
Las crías permanecen en el nido 3-4 semanas aunque permanecen cerca de sus padres el 1º año; ambos padres se ocupan de la alimentación y cuidados.
Defienden el nido permanentemente de los depredadores.