Jote Real | Comportamiento


Solitarios. Se pueden ver en pequeños grupos (Houston, 1994), o volando de a pares (Schulenberg et al., 2010:84); (Hilty, 2003:222)
El uso de dormideros comunales es un rasgo típico de los zopilotes. Aunque existen algunos aspectos negativos al uso de dormideros comunales, como son la exposición a parásitos y enfermedades, así como el daño en el plumaje causado por el excremento arrojado por las aves que duermen encima, el autor (Martínez, 2008:4) ha propuesto varias hipótesis para explicar las ventajas de este comportamiento: 1) los zopilotes ahorran energía, al mantener la temperatura corporal estable por estar juntos en un espacio limitado 2) el riesgo de depredación es menor, y 3) los dormideros comunales les permiten tener un mayor éxito de forrajeo, al funcionar como centros de información. Es decir, las aves siguen a otros individuos, para encontrar mejores sitios de alimentación. Una característica de estos dormideros, es que no son fijos. La composición de individuos en cada dormidero cambia cada noche; y en general durante toda su vida los zopilotes usan varios dormideros. Todos los árboles elegidos como dormideros rebasaban del dosel. El Jote Real no establece dormideros cerca de lugares perturbados, y aquellos que utilizaron de forma permanente estuvieron siempre alejados de los asentamientos humanos. En forma de corolario, los dormideros abandonados lo fueron debido a factores de perturbación antrópica. Por otro lado, los dormideros ocasionales que estuvieron relativamente cerca de sitios donde hubo cambio en el uso del suelo (e.j. potrero), aparentemente son visitados únicamente por el recurso alimenticio (Martínez, 2008:4)
Existen reportes (Berlanga & Gutiérrez, 2000), y observaciones de los guías locales, han documentado que tienen sitios históricos de hábitat.
No suelen ser agresivos cuando se alimentan, a pesar de su gran tamaño (Houston, 1994); (Wallace & Temple, 1987:294).
Los C. aura y C. atratus generalmente esperan que los S. papa y los Cóndores desgarren las grandes carcasas para alimentarse a continuación (Wallace & Temple 1987:294); (Williams 2011:31). Toman baños comunales y comparten áreas para beber (Baker & Whitacre, 1996:246).
Se posa en el dosel (Hilty, 2003:222), en árboles altos, donde son difíciles de ver (excepto cuando se posan cerca de la carroña) (Schulenberg et al., 2010:84); en posición agachada, con la cabeza baja (Ferguson-Lees & Christie, 2001:86). Es frecuente verlos tomando el sol con las alas extendidas.
Emprende el vuelo con fuertes aleteos mezclados con planeos cortos; se elevan a grandes alturas, con las alas niveladas y las puntas hacia arriba (Ferguson-Lees & Christie 2001:86); (Schulenberg et al., 2010:84); (Hilty, 2003:222). Pueden descender a gran velocidad con ruido de alas. Vuelan más alto que los otros Cathartes. Utilizan corrientes térmicas ascendentes para alcanzar mayores alturas y luego planean. Cuando vuelan bajo, deben aletear durante breves periodos de tiempo (Houston, 1988); (Narosky & Chébez, 2002:45); (De la Peña, 2020:21)
Se alimentan de carroña y encuentran la comida por la visión, planeando a alturas moderadas sobre bosques y campo abierto. La mayoría de las investigaciones sugieren que el Jote Real no tiene sentido del olfato para localizar la carroña; Houston (1984), sugiere que localiza la comida observando los movimientos de los Cathartes que vuelan debajo.
Lemon (1991:701), sin embargo, constata en el bosque cerrado primario de Costa Rica, que localizan el alimento independientemente de otras especies de buitres, siendo frecuentemente, los primeros en llegar a las carcasas de tamaño mediano-pequeño. Es el primero en abrir las carcasas y en alimentarse debido al tamaño y fortaleza de su pico (Houston, 1994); (Schulenberg et al., 2010:84).
Sin embargo, la interacción entre el gremio de los carroñeros puede ser más compleja.
En el norte de Perú, los C. aura generalmente llega primero a la carcasa, seguido del C. atratus y por último del Cóndor (V. gryphus) (Wallace & Temple, 1987:294).
Los Jotes Reales generalmente llegan de a pares, o en aparentes grupos familiares de tres (Houston 1988).
A su vez, muestra comportamientos de alimentación diferentes al C. aura, C. burruvianus y C. atratus; es muy probable que utilice ambos pies como anclaje cuando desgarra la carroña (Houston, 1988).
Aunque el número de Jotes Reales presentes se correlaciona significativamente con el tamaño de las carcasas, no existen evidencias que ellos prefieran las piezas grandes, ya que frecuentemente se los puede observar alimentándose de otras de menos de 1 kg de peso (Houston, 1988).
No migra, aunque recorre grandes distancias en busca de carroña. No existe información que sugiera territorialidad. Aparentemente es residente en la mayoría de las áreas a lo largo del año.
Vocalizaciones: igual que los otros buitres no hace llamadas. Sin embargo, durante el cortejo emite sonidos guturales y silbidos (Ferguson-Lees & Christie 2001:86). Han sido descritos también cuando se ven amenazados.
Sonidos no-vocales: ruidos al agitar las alas y similares al croar de una rana, cuando se amenaza el nido (Smith, 1970:247); los polluelos también emites gritos muy suaves cuando se ven en peligro (Mendes de Carvalho Filho et al. 2004:222); (Ferguson-Lees & Christie, 2001:86).

 

ALIMENTACIÓN

Carroñero. Come en abundancia. Destroza las presas con el pico, no utilizando las garras como otras de su especie. Cuando está harto y se lo persigue, vomita el alimento para perder peso y poder huir velozmente.
Parece que no tiene muy desarrollado el sentido del olfato y que depende de otros de su especie para encontrar comida. Dominante sobre otras especies aunque no es agresivo durante las comidas.
Usualmente se los ve alimentándose de a dos, sin embargo, se los ha avistado bebiendo en grupo.

El comportamiento poco usual de S. papa en cuanto a su dieta, puede estar relacionado con la falta de carroña para alimentarse y la facilidad con la que puede conseguir estos frutos (Villegas- Retanal, 2015:121).

REPRODUCCIÓN

El cortejo incluye vuelo en pareja que continúan posados en un árbol, cornisas y haciendo círculos, sobre el suelo, avanzando y retrocediendo; abren y cierran las alas, temblando al extenderlas, bajando la cabeza para mostrar la corona coloreada y acompañándose de gruñidos y silbidos. (Schlee, 1987); (Ferguson-Lees & Christie 2001:86); (Schlee, 2001:263)

Anida en los árboles más altos de las selvas o en lo más elevado de troncos gigantescos y secos, tocones o bases de palmeras, aprovechando un hueco o hendidura de tamaño suficiente (Hilty, 2003:222). También en hendiduras de rocas. Se ha registrado anidando en una torre en el estado de San Pablo (Petri et al., 2013:356); (Ramo & Busto, 1988:196)
Monógamo. Ambos sexos comparten incubación y cuidado de los pichones.
La puesta es de octubre-noviembre y de un solo huevo. Color crema, o blancos sin manchas. La incubación es de 50-53 días (Cuneo, 1968); (Petri et al., 2013:356) y 56-58 días en cautiverio (Brown & Amadon, 1968, en Carvalho-Filho et al., 2004:221). Abandonan el nido aproximadamente 132 días después de le eclosión. Se reproducen cada 2 años. (Carvalho-Filho et al., 2004:223); (Eitniear, 1981)
En la colección oológica del Museo Británico de Historia Natural lo describen así: ” El único huevo del rey de los gallinazos de la colección es de una forma ovalada alargada, áspero, granulado, completamente blanco con cierto brillo y mide aproximadamente 92 x 60 mm” (Oates, 1902); (Wetmore, 1965:157)

Los juveniles son de color negruzco con iris marrón y necesitan 5-6 años para desarrollar el plumaje adulto característico (Eitniear, 1981); (Schulenberg et al., 2010:84)
En Argentina se han registrado nidos en las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán y Misiones (De la Peña, 1999:38); (De la Peña, 2015:142). Nidos observados en Tucumán por Ortiz & Capllonch, (2007); Bodrati, (2005:15) en el Parque Provincial Pampa del Indio, Chaco observó un adulto con un juvenil, lo que estaría evidenciando que se reproduce localmente, como han señalado pobladores de la zona. J. I. Areta (in litt.) encontró un adulto y un juvenil en la reserva Provincial Loro Hablador; Bodrati et al., (2010:54) observaron en Misiones juveniles en el Parque Provincial Cruce Caballero y  en la Reserva Surucuá, Misiones, 04-05-2014, un juvenil (De la Peña, 2020:22)