• Atajacaminos de ala negra | Conservación


    ESTADO DE CONSERVACIÓN SEGÚN BIRDLIFE INTERNACIONAL: VULNERABLE

    Nos remitimos al informe de BirdLife Internacional de 2021: El Atajacaminos de Ala Negra (Eleothreptus anomalus) recientemente ha sido evaluada por The IUCN Red List of Threatened Species en 2021. El Eleothreptus anomalus is considerado como Vulnerable bajo el criterio A3c+4c.
    Se sospecha que esta especie está disminuyendo rápidamente debido a la pérdida y degradación del hábitat, en gran parte debido a la conversión a la agricultura y las plantaciones de árboles. Por lo tanto, se clasifica como Vulnerable.
    Información de rango geográfico
    Eleothreptus anomalus ha sido registrado en algunos sitios fragmentados en el este de Paraguay (Hayes, 1995, Lowen et al., 1996, Capper et al., 2001), norte de Argentina y centro y sureste de Brasil (Bornschein et al. 1996, Kirwan et al. 1999). En Paraguay, la única área de reproducción confiable conocida se encuentra en la Isla Yacyretá en el río Paraná (Smith, 2013). En 2010 se reportó el registro de un individuo en Tocantins, Brasil (Pacheco & Olmos, 2010), pero no ha habido más registros que confirmen la presencia de la especie en el estado. En Argentina, el bastión restante de la especie está en Corrientes, aunque solo se encuentra regularmente en unos pocos sitios (eBird 2021, A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). Hay pocas localidades confirmadas en Misiones, y queda poco hábitat de pastizales bien conservados en la provincia (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021).
    La especie anteriormente tenía un rango mucho más grande. Es casi seguro que ha sido extirpado de Buenos Aires, y casi todo el hábitat de Entre Ríos ha sido destruido, aunque puede persistir un pequeño número de individuos (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). En Santiago del Estero y norte de Córdoba existe una pequeña área de hábitat remanente donde podría persistir una población, pero no existen registros recientes (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). Aves solitarias registradas en Santiago del Estero (M. Rumboll in litt. 1986), Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos, en 1985 (M. Nores & D. Yzurieta in litt. 1986), y Colón, Entre Ríos en 1979 (M. Nores y D. Yzurieta in litt.1986), y en la década de 1990, se realizaron cuatro registros en tres sitios en el estado de Sao Paulo, Brasil (Kirwan et al., 1999). A pesar de los estudios ornitológicos (López Lanús et al., 2013), no ha habido registros recientes de estas áreas, por lo que ahora se presume que la especie está localmente extinta.

    Información de población
    Según Pearman & Abadie, (1995:13) escaso y localizado. Aunque la mayoría de los registros son de un solo individuo, Accordi (2002:227) registró 6 individuos en un humedal en Río Grande do Sul, la especie es observada a diario en Reserva Natural Rincón de Santa María, en Corrientes (Fariña et al., 2018:118; Bodrati et al., 2019:158), y se tienen referencias de poblaciones en Campo San Juan, Misiones y posiblemente en la Reserva Natural Provincial Iberá en Corrientes (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). Sin embargo, esta especie aparentemente escasa pueden ser el resultado, al menos parcialmente, del el hecho de ser especies crípticas y nocturnas lo que a menudo dificulta su estudio. Los estudios desde 1999-2006 en la llanura costera de Rio Grande do Sul estimaban una población de 12 parejas reproductoras en Capao Novo (218 ha), y 20 parejas reproductoras en Banhado dos Pachecos (2.544 ha) (Accordi, 2008).
    Sobre la base de las estimaciones de densidad mínima y del primer cuartil de otras especies de de atajacaminos (0.3 y 0.9 individuos/km2, respectivamente), el área de extensión asignado, y asumiendo un 3% de ocupación, el tamaño de la población se estima en un rango de 5.000 – 52.000 individuos. Sin embargo, dado el pequeño número de registros, se sospecha que el tamaño verdadero de la población es menor (K. Cockle in litt. 2020), así que estaría entre 2.500 – 52.000 individuos.
    Se desconoce la estructura de las subpoblaciones, pero basado en el rango de distribución discontinuo, se asume que existen al menos 3 subpoblaciones.

    Justificación de la tendencia
    El área de distribución de la especie parece haberse reducido considerablemente en las últimas décadas, por lo que se infiere que el tamaño de la población de la especie está disminuyendo. Se sospecha que la especie ha perdido alrededor de la mitad de su área de distribución en Argentina durante 25 años desde la década de 1990 (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). Es casi seguro que está extinguido en Buenos Aires, y la mayoría del hábitat de Entre Ríos ha sido destruido (A. Bodrati, N. Fariña & K. Cockle in litt. 2021). La especie fue registrada en Santiago del Estero (M. Rumboll in litt. 1986), Parque Nacional El Palmar, Entre Ríos, en 1985 (M. Nores e D. Yzurieta in litt. 1986), y Colón, Entre Ríos en 1979 ( M. Nores e D. Yzurieta in litt.1986). En la década de 1990, se realizaron cuatro registros en tres sitios del estado de Sao Paulo, Brasil (Kirwan et al. 1999). En ausencia de registros recientes, ahora se presume que la especie está localmente extinta en todas estas regiones. Se sabía que la especie se encontraba en Puerta Boca, Entre Ríos, hasta alrededor del año 2000, pero desde entonces el hábitat de los humedales ha sido destruido (A. Bodrati, N. Fariña y K. Cockle in litt. 2021).
    Basándose en la reducción del área registrada de la actual distribución , se estima que la especie ha perdido aproximadamente el 60 % de su área de distribución desde la década de 1980. Suponiendo una tasa constante de pérdida de hábitat, se sospecha que la especie ha sufrido una reducción del 10 al 19 % durante la última década. Suponiendo que se siga perdiendo la misma área de distribución cada año, hasta el 46 % del área de distribución restante de la especie puede perderse en los próximos diez años, por lo que se sospecha una reducción de la población equivalente
    Tendencia actual de la población: Decreciente

    Información sobre hábitat y ecología
    La ecología de la especie es poco conocida y se ha registrado en una amplia gama de hábitats, incluidos bosques de galería, montes ( bosques tipo chaco) y bosques de transición (Pearman y Abadie 1995), sabanas y pastizales, pantanos, pantanos, campo cerrado , bordes de lagunas con matorral espinoso, y a lo largo de arroyos, estanques y palmerales inundados (Straneck y Viñas 1994, Cleere y Nurney 1998, Kirwan et al. 1999, Accordi 2002). Anteriormente se pensaba que estaba más fuertemente asociado con hábitats boscosos (Pearman y Abadie 1995), pero las observaciones en sitios clave de reproducción en Argentina y Paraguay sugieren que es un especialista en pastizales y puede estar asociado con pastizales inundados en partes de su distribución (Fariña et al. , 2018, Bodrati et al. 2019). Se ha sugerido que puede ser un migrante en la parte sur de su área de distribución, con individuos que se reproducen en Argentina y migran al norte en invierno (Pearman y Abadie 1995), pero al menos algunos individuos residen todo el año en Corrientes (Argentina; Bodrati et al. 2019), y la evidencia más reciente sugiere que los individuos pueden dispersarse largas distancias fuera de la temporada de reproducción (Guest et al. 2020). Es un insectívoro aéreo nocturno. Parece tener un sistema de apareamiento tipo lek o lek, y los machos se reúnen para exhibirse en los ruedos de agosto a diciembre (Smith 2013, Fariña et al. 2018).

    Información sobre amenazas
    Los pastizales y los hábitats del chaco en toda su distribución están siendo rápidamente destruidos por la ganadería extensiva, la agricultura de labranza, los incendios forestales y las quemas estacionales, el drenaje de humedales, el uso excesivo de pesticidas y la forestación con Pinus y Eucalyptus spp.(Pearman y Abadie 1995, Dinerstein et al. 1995, Lowen et al. 1996). En las últimas décadas, la expansión agrícola ha empujado la ganadería hacia tierras marginales (Marino et al. 2013) donde el sobrepastoreo probablemente degrada el hábitat, haciendo que muchos pastos sean inadecuados (A. Bodrati in litt. 2020). En el centro de Argentina, donde no se ha registrado la especie en décadas, el hábitat de los pastizales ha sido destruido en gran parte debido a las plantaciones de árboles (K. Cockle in litt. 2020). El hábitat de los humedales a lo largo del río Uruguay ha sido ampliamente drenado y convertido en tierras de cultivo y áreas urbanas (A. Bodrati, N. Fariña y K. Cockle in litt. 2021).
    En el este de Paraguay, los pastizales restantes están fragmentados dentro de una matriz de agricultura industrial (K. Cockle in litt. 2020).

    Estado de conservación en Argentina (S.I.B.): 
    En Peligro (EN): según AA y SAyDS, 2008 (Aves Argentinas y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable). López-Lanús, B., P. Grilli, E. Coconier, A. Di Giacomo & R. Banchs. Categorización de las aves de la Argentina según su estado de conservación. Informe de Aves Argentinas /AOP y Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable. Buenos Aires, Argentina. 1 ed. AOP: Buenos Aires, Argentina
    En Peligro (EN): según MADS y AA, 2017 (Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y Aves Argentinas). Categorización de las Aves de la Argentina según su estado de conservación. Informe del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y de Aves Argentinas. 146 p. 2017
    En Peligro de Extinción (PE): según SAyDS, 2010 (Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable). Categorización de aves autóctonas de Argentina. Lista de aves no registradas, endémicas y exóticas de Argentina (Res 348). 2010
    Casi amenazado (NT): según UICN, 2004 (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Lista Roja de la UICN. 2004
    Casi Amenazado (NT): según UICN (API) (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Lista Roja de la UICN publicada en https://www.iucnredlist.org. Actualización en tiempo real

  • Atajacaminos de ala negra | Distribución


    InfoNatura: Animals and Ecosystems of Latin America 2007

    Su distribución es disyunta, en el este y sudeste de Brasil (Distrito Federal y en los Estados de Sao Paulo, Minas Gerais, Paraná y Río Grande do Sul) (Straube, 1991: 308), este de Paraguay y norte de Argentina, siendo rara su presencia y poco conocida su biología, en los tres países (Holmberg, 1939:175; Short, 1975:237; Olrog, 1979:137; Collar et al., 1992:462; Pearman & Abadie, 1995:12; Cleere, 2002:171; Accordi, 2002:227; Bornschein et al., 1996:125; Stotz et al., 1996:317; Lowen et al., 1997:17; Kirwan et al., 1999:202; Mazar Barnett & Pearman, 2001:48; Bodrati et al., 2019:157; de la Peña, 2020:231).
    La inclusión repetida de Uruguay dentro de su distribución (Pinto, 1938:180; Olrog, 1979:137; Sick, 1997:421; Collar & Andrew, 1988:85) constituye probablemente un error en vista de que no existen registros documentados de su presencia en el país y permanece sin ser listado en las publicaciones recientes de avifauna nacional (Cuello & Gerzenstein, 1962; Gore & Gepp, 1979; Cuello, 1985:13); no obstante, el registro proveniente de Colón, que se ubica inmediatamente al otro lado del río Uruguay, en Argentina, indica la probabilidad de que la especie se halle presente en el país (Birdlife International, 1992:569)
    En general se lo considera residente, pero Pearman & Abadie (1995:14) y Mazar Barnett & Pearman (2001:48) sugieren que en gran parte, sino enteramente, es migrante austral en Argentina, partiendo luego del periodo reproductivo, ya que todos los registros confirmados de Argentina eran del verano austral (octubre a febrero), mientras que los de Brasil eran a lo largo del año.
    Contreras et al. (2014:318) concluyen en que es posible que la especie sea migrante, pero, en ese caso corresponde formular la pregunta: ¿Hacia dónde se dirige para realizar su residencia invernal? La cuestión queda abierta para futuras investigaciones al respecto.
    Habita desde tierras bajas hasta los 1.100 msnm (Stotz et al. 1996:174).
    Poco se conoce sobre la densidad de sus poblaciones y biología en general, y ha sido considerado como amenazado tanto a nivel nacional como internacional (Collar et al. 1992:463; BirdLife International 2022; MAyDS y AA 2017)

    DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA EN ARGENTINA
    En Argentina el Eleothreptus anomalus (Gould, 1838) en Jujuy, Salta, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Córdoba, Santa Fe, norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Corrientes y Misiones (Short, 1975:237; Olrog, 1979:137; de la Peña, 1999:92; Contreras et al., 2014:318; de la Peña, 2015:335; de la Peña, 2020:231-232).
    Un registro proveniente de Catamarca parece constituir un probable error y la inclusión de Salta en el mapa en Narosky e Yzurieta (2010:193) podría también tratarse de una equivocación (Collar, 1992:462; Cleere, 1998:296; Birdlife International, Categorías de amenaza, 1992:568). (Ver localidades, coordenadas y referencias en los enlaces)

    HÁBITAT
    Se ha considerado al E. anomalus habitante de marismas o áreas cercanas al agua (Bornschein et al. 1996:125; Lowen et al. 1997:14; Accordi, 2001:227; Contreras et al., 2014:316; Straneck & Viñas, 1994; Cleere, 1998:295; de la Peña, 2020:231; Stotz et al., 1996:174).
    Pero otros autores, lo han observado en hábitats tales como mesetas áridas, bosque en galería, bosque de transición, monte y pajonales, y baśandose en una revisión de datos publicados y otros registros aún sin publicar de Argentina y Brasil, concluyen que éste hábitat sería el más representativo, siendo falsa la asociación de la especie solo con las marismas (Pearman & Abadie, 1995:13; Kirwan et al. 1999:205; Young, 2015)
    Accordi (2002:229) junto con Cleere (1998:295) y Kirwan (1999:205), coinciden en que el E. anomalus es dúctil en la selección de su hábitat
    Desde los 0-1.100 msnm (Stotz et al., 1996:174).
    Ecorregiones: Chaco húmedo, Delta e islas del Paraná, Espinal, Esteros del Iberá, Selva Paranaense.

  • Atajacaminos de ala negra | Comportamiento


    De hábitos crepusculares y nocturnos (Cleere, 2002:171). Captura los insectos despegando desde el suelo (Kirwan et al. 1999:203), o tal vez, volando bajo de forma continua sobre áreas abiertas. Probablemente solitario (Cleere, 1998:295).
    A menudo se lo encuentra por la noche posado sobre caminos y senderos, o sobre ramas bajas, matorrales, o alambrados. Descansa sobre el suelo o pequeñas depresiones del terreno o entre las matas (Cleere, 1998:295; Cleere, 2002:171).
    Toma vuelo con aleteos rápidos, pero rápidamente lo revierte a aleteo lento, que a menudo impresiona cómo de ave herida, o aleteos y deslizamientos suaves cerca del suelo (Cleere, 1998:295; Pereyra, 1939:235-236; Pearman & Abadie, 1995:12; Kirwan et al. 1999:203; Accordi, 2002:227; Straneck & Viñas, 1994). Pareciera que las arenas de despliegue de E. anomalus son utilizadas tradicionalmente año tras año (Fariña et al., 2018:126).
    El vuelo del macho durante el cortejo de ha descrito como vuelo lento, planeando a corta distancia del suelo (0.8-1.2 m), y ocasionalmente acompañado de sonidos sordos “tuk tuk tuk” (Cleere, 1998:295)
    Sedentario y parcialmente migratorio, las poblaciones del sur se mueven hacia el norte para evitar los inviernos australes (Abril-Agosto) (Cleere, 1998:295). En general se lo considera residente, pero Pearman & Abadie (1995:14) y Mazar Barnett & Pearman (2001:48) sugieren que en gran parte, sino enteramente, en Argentina es migrante austral, partiendo luego del periodo reproductivo, ya que todos los registros confirmados de Argentina eran del verano austral (octubre a febrero), mientras que los de Brasil eran a lo largo del año.
    Contreras et al. (2014:318) concluyen en que es posible que la especie sea migrante, pero en ese caso, corresponde formular la pregunta: ¿Hacia dónde se dirige para realizar su residencia invernal? La cuestión queda abierta para futuras investigaciones al respecto.
    Habita desde tierras bajas hasta los 1.100 msnm (Stotz et al., 1996:174).
    Poco se conoce sobre la densidad de sus poblaciones y biología en general, y ha sido considerado como amenazado tanto a nivel nacional como internacional (Collar et al. 1992:463; BirdLife International 2022; MAyDS y AA 2017)

    VOCALIZACIONES

    Pearman & Abadie, (1995:13) comentan que la canción del E. anomalus sigue siendo desconocida. Por otra parte, Straneck & Viñas (1994) describen su canto (llamada?) como una serie de suaves “chip, tchup, or tchut” repetidos a una velocidad de 8 notas /seg, durante unos 2-3 minutos.
    Sin embargo otros autores no han registrado esta vocalización. Kirwan et al. (1999:203) lo describen como “el chirrido de un grillo”, que Accordi (2002:27) interpretó como el canto.
    Cleere (1998:295) lo describe como un suave y único “tick” y Fariña et al. (2018:120) describen las llamadas de contacto como series repetidas de “tik” o “tzk” que se oyen solo a corta distancia. Esta vocalización es emitida comúnmente por individuos posados en el suelo, sobre vegetación baja y eventualmente en vuelo.
    Las llamadas en vuelo incluyen un duro y nasal “gzee gzee” (Straneck & Viñas), que tampoco han sido registrados por otros autores. Solo se ha notificado un “tik” emitido por una hembra en vuelo (Kirwan et al., 1999:203).
    Al crepúsculo, los machos hacen los primeros vuelos, realizando una vocalización fuerte que estaría ligada a vuelos de exhibición aérea sobre las arenas de despliegue. Straneck & Viñas (1994) interpretaron esta voz como un sonido mecánico emitido por el aleteo del macho y la llamaron “vuelo de proclamación territorial.” Por otro lado, Accordi (2002:229) se refiere a una vocalización emitida tanto en vuelo como posado. Fariña et al. (2018:120-121) no percibieron movimientos de alas que pudieran generarlo, ya que en ocasiones el sonido es emitido mientras el ave planea, por lo cual concuerdan con Accordi (2002:227) en interpretar este sonido como una vocalización. Durante su trabajo no registraron el sonido descrito como series de “chip chip chip chip” que Straneck & Viñas (1994) consideraron como posibles voces de la especie.

    Sonidos mecánicos: Los sonidos mecánicos emitidos son elaborados por el golpeteo y el vibrar de alas del macho adulto. Los autores Fariña et al., (2018:121) grabaron cuatro sonidos mecánicos: el primero y el segundo son hechos por un movimiento de las alas que al cerrarlas contra el cuerpo produce un golpe seco poco audible que suena como un “tuk” o “trk”. Estos sonidos son emitidos al aterrizar un macho sobre el suelo luego de realizar un despliegue aéreo o al saltar y aterrizar sobre el mismo sitio. En noches silenciosas y con condiciones ambientales favorables (por ej. sin viento) pueden oírse hasta los 60 m. El tercer y cuarto de los sonidos mecánicos son de menor frecuencia (1 o 2 kHz) y son poco audibles, generados por el batir vibrante de las alas al posarse, y descriptibles como “brrrt” o “rrrrtk” (Fariña et al., 2018:121)
    Accordi (2002:229) concluye que en ningún momento oyó el suave “chip, tchup” o “tchut” repetido a 8 notas/seg durante 3 minutos descrito por Straneck & Viñas (1994) y por Cleere (1998:295); tampoco los sonidos mecánicos originados por el movimiento de las alas, ni la vocalización nasal “gzeee gzeee” emitida por las hembras descritas por Straneck & Viñas (1994).

    ALIMENTACIÓN

    Insectívoro. Su dieta no se conoce en detalle. Pereyra (1939:236) informa la presencia de pequeños coleópteros, lepidópteros y hormigas en el análisis del contenido gástrico. Se alimenta en bordes de áreas abiertas y pastizales (Cleere, 1998:295).

    REPRODUCCIÓN

    Existe muy poca información sobre la biología reproductiva del E. anomalus (Young, 2015).
    Existen registros de huevos y polluelos jóvenes, en noviembre en Brasil, y juveniles recién emplumados a partir de diciembre; especímenes con gónadas aumentadas de tamaño desde agosto-octubre (Collar et al. 1992:465).
    Cleere (1998:295) reporta para el sureste de Brasil los meses de agosto en Paraná, octubre en Minas Gerais, noviembre a principios de enero en el estado de Sao Paulo y septiembre-diciembre? en Argentina.
    No construye nido y deposita los huevos directamente sobre el suelo.
    Puesta de 2 huevos, elípticos de color acanelado-rosado o canela pálido, cubierto con pintas y manchas pardo-rojizas y grises en toda la superficie (Cleere, 1998:295; de la Peña, 2015:335 ; de la Peña, 2020:231).
    Bodrati et al. (2019:159) comentan que Accordi (2008) presenta la única descripción de un sitio de nidificación de E. anomalus, en Capão Novo en Rio Grande do Sul, Brasil. Era un área arenosa recubierta irregularmente por matas de vegetación herbácea. La nidada consistía en dos huevos puestos sin ninguna preparación sobre la arena junto a una mata de 40 cm de altura. En derredor aparecía un área desprovista de vegetación, formando un círculo de 30 cm de diámetro en torno a los huevos.
    Los pichones de E. anomalus no han sido descritos hasta la actualidad (Cleere,1998:295).
    Krauczuk (2013) presenta, sin detalles, una fotografía de L. Krause (in litt. 2019) de un pichón, aparentemente no volador, que ofrece dudas.
    En Argentina se localizaron nidos en Santa Fe (Hartert & Venturi, 1909:225), Santiago del Estero (Pereyra, 1950:228) y Corrientes (Bodrati et al, 2019:158; de la Peña, 2020:231).

  • Atajacaminos de ala negra | Descripción


    Descripción según: Cleere, (1998:295); Cleere, (2002:170-171); Pereyra, (1939:235); de la Peña, (2015:335); de la Peña, (2020:230).
    Relativamente pequeño, con patrón de plumaje críptico dominado por los grises y marrones. Dimorfismo sexual.
    Macho: Cabeza relativamente grande, con frente, corona y nuca gris parduzco; las plumas centrales abiertamente moteadas de negruzco amarronado con bordes ocráceos.
    Pico corto pardo oscuro o negruzco y boca amplia
    Raya superciliar blanquecina barrada de marrón. Iris marrón oscuro.
    Línea debajo del bigote grisácea, teñida de canela, barrada de marrón y veteado beige. Barba beige-blanquecina, barrada de marrón. Garganta marrón, teñida de canela y veteada con beige.
    Parte inferior de la garganta y superior del pecho marrón, moteado de canela y veteado de beige.
    Ocasionalmente collar ocre en la nuca.
    Dorso grisáceo-castaño claro moteado, apenas moteadas de marrón oscuro.
    Escapulares gris parduzco pálido, con centros gris parduzco, con amplias bases y puntas finas.
    Las remeras primarias curvadas ligeramente hacia arriba. La remera primaria más interna (R1) es la más corta, pero las adyacentes (R2-R4) son más largas.
    Las primarias son basalmente beige y la mitad externa marrón. Las primarias más externas (R10-R6) con puntas amplias de color blanco; el blanco es más extenso sobre los vexilos externos.
    Secundarias canela, manchadas de marrón claro y con puntas blanquecinas.
    Terciarias gris parduzco claro, moteadas de gris oscuro amarronado.
    Rabadilla y cubiertas supracaudales gris parduzco pálido, ligeramente moteadas de marrón oscuro y finamente barradas de marrón.
    Vientre y flancos beige claro, barrados de marrón.
    Cola corta, parda ocrácea barrada de negruzco. Timoneras marrones, con barras canela; el par central (T1) gris parduzco pálido, manchadas y finamente barradas de marrón. Las timoneras externas (T2-T4) con relativamente anchas puntas blanquecinas o blancas. Subcaudales beige pálido.
    Tarsos cortos. Patas y dedos parduzcos.ç
    Hembra: Más marrón que el macho, no posee la forma modificada de las remeras primarias. Primarias barradas de marrón y ocre-rojizo claro y con puntas beige blanquecinas. La primaria más larga es la próxima a la más externa (R9). Las remeras secundarias son de largo normal con puntas blanquecinas estrechas.
    Zona ventral marrón.
    Timoneras con puntas estrechas beige, manchadas de marrón.

    Fotos

  • Atajacaminos de ala negra | Taxonomía


    Descrito por Gould en 1837 como Amblypterus anomalus menciona que, la única información que puede aportar sobre este especimen (que describe como “realmente anómalo”) es que es el único que forma parte de la colección del Museo Británico y que “Mr Grey adquirió el ejemplar de una colección de pieles en Liverpool, y que le habían dicho que era de la localidad de Demerara”. Pinto (1978:180) comunica que la localidad es errónea y propone “al este de Sao Paulo, Brasil”.
    Más tarde Gray (1840:48) propone cambiar al género Eleothreptus. Hasta hace poco tiempo se consideró como monotípico (Peters, 1940:220; Dickinson, 2003:245) hasta que, los recientes resultados de los análisis filogenéticos de las secuencias de ADN (de genes mitocondriales y del núcleo), revelaron que el “Caprimulgus candidus” es hermano del “E. anomalus” (Larsen et al., 2007:793-794; Han et al., 2010:448; Sigurdsson & Cracraft, 2014:527) y que ahora se ha clasificado en el género Eleothreptus (Dickinson y Remsen, 2013). (Young, 2015).

  • Atajacaminos de ala negra | Eleothreptus anomalus


    © Gould J. Icones avium, or, Figures and descriptions of new and interesting species of birds from various parts of the globe(1837-1838). Ilustración XI (Amblypterus anomalus)

    NOMBRES COMUNES: Atajacaminos Ala Negra, Atajacaminos alas negras, Atajacaminos de los pantanos (Argentina); Atajacaminos de pantano (Paraguay); Curiango, curiango-asa-de-foice, Curiango-do-banhado, curiangu (Brasil);  Otros: Atajacaminos pantanero, Dormilón de los pantanos, Dormiloncito, Tapita, Zoncito (Pereyra, 1939:235; Chebez, 1996:135; de la Peña, 2015:335; de la Peña, 2020:230); en guaraní: Ybyya’u tuju

    EN OTROS IDIOMAS

    BREVES APUNTES HISTÓRICOS