Carpintero Cara Canela | Comportamiento


Es uno de los carpinteros neotropicales más raros y difíciles de visualizar. Generalmente solo o en pareja. Aparentemente viven en territorios establecidos, ya que regresan a los mismos refugios, llaman y tamborilean en los mismos lugares en días diferentes y, a veces, responden agresivamente a la reproducción buscando la hembra a corta distancia con la cresta ensanchada y mediante llamadas. En los bosques primarios, los territorios parecen ocupados continuamente durante muchos años, pero en los bosques jóvenes o fragmentados la ocupación es menos constante (Lammertink et al, 2020)

VOCALIZACIONES

Es más silencioso que otras especies de pájaros carpinteros del Bosque Atlántico y emite su llamada y tamborileo, durante unos pocos minutos al amanecer, permaneciendo en silencio durante gran parte o todo el día. Se lo escucha con relativa frecuencia en otoño, invierno y principios de la primavera, pero a menudo no se escucha durante semanas a finales de primavera y verano. Su llamada territorial puede oírse hasta unos 500 m a lo lejos, pero en general permanece en silencio la mayoría del tiempo (Lammertink et al, 2020)

Su llamada territorial consiste en una serie de sonidos estridentes, y bastante prolongado, de 3 á 12 notas, “quiir” (Brooks et al. 1993:38).

 

Canto: un triste, descendente “tu-u-u-u-u”, con una variante “qui-du-du-du” probablemente para contactar con su pareja

Sonidos no vocales: Los picotazos de forrajeo y los martillazos son suaves y rara vez se escuchan. De patrón uniforme y cortos de duración.

En vuelo, los aleteos de las alas del pájaro Carpintero Cara Canela son notablemente audibles, quizás más durante los conflictos territoriales o al responder a la reproducción (Brooks et al. 1993:38).

ALIMENTACIÓN

Poco conocida; generalmente se alimenta solo o en pareja.
Busca larvas en los árboles a 14-15 m de altura. Existen evidencias de que se alimentan también del néctar de las flores y, como varios otros Celeus, ocasionalmente come frutos pequeños.
Aparentemente localiza la presa (presumiblemente utilizando las diferencias en la resonancia detectadas por estimulación táctil) y se lo observa escalando, picoteando en las fisuras de la corteza, los agujeros naturales y debajo de las escamas de la corteza. Hace algo de martilleo y descamación de la corteza, pero raras veces persiste, y no excava grandes agujeros de alimentación (Brooks et al. 1993:41)
Generalmente busca alimento en el estrato medio, aunque puede trabajar desde tan solo 1 m como en las ramas más altas de los árboles altos. En el estudio más detallado de su ecología de alimentación, con una muestra de 24 observaciones, su altura promedio de alimentación fue de 9 m. El Dryocopus lineatus, en la misma área, se alimentaba al nivel de la copa de los árboles a una altura media de 17 m (48 observaciones), y el Campephilus robustus lo hacía a una altura media de 10 m (37 observaciones) (Brooks et al. 1993: 39). Aunque el Campephilus robustus se superpone en la altura de forrajeo con el pájaro Carpintero Cara Canela, al tener un pico mucho más grande y con su postura de patas abiertas en los árboles, es capaz de escalar y excavar la corteza de manera más potente.

REPRODUCCIÓN

Los Carpintero cara canela excavan sus nidos en ramas o troncos recientemente muertos, sin embargo, es la única especie conocida que para pernoctar no usa huecos excavados, sino que utiliza exclusivamente huecos naturales creados por largos procesos de degradación en árboles viejos, que ya han alcanzado un diámetro importante.
Cada individuo adulto posee una cavidad-dormidero individual, es decir, las parejas no pernoctan en la misma cavidad como ocurre en otras especies. Durante la anidación es el macho el que se queda en el nido durante la noche mientras que la hembra va a descansar a su cavidad natural.
Otra característica distintiva de esta especie sucede después de anidar. Generalmente una pareja de cría dos pichones, luego, cada progenitor lleva a una cría a su cavidad dormidero individual, donde pernoctarán juntos por hasta 67 noches. Es decir, no solo necesitan cavidades dormidero formadas por descomposición en árboles maduros, sino que además, las cavidades deben tener suficiente espacio interior sobre la entrada para el padre y su pichón (Lammertink et al., 2019:7)
La suma de estas características hace que encontrar una cavidad natural adecuada posiblemente sea mucho más complicado que encontrar una rama muerta donde poder excavar un nido.
Los sitios de descanso rara vez se han considerado un recurso crítico para la conservación de los pájaros carpinteros porque casi todas las especies de pájaros carpinteros pernoctan durante todo el año en cavidades excavadas similares a sus sitios de anidación.
Así, una posible excepción es el “cara canela” de la Selva Atlántica de América del Sur.
Las cavidades que los pájaros carpinteros usan también tienen una gran demanda por parte de otros animales de la selva, y los investigadores encontraron otras ocho especies de aves y al menos dos especies de insectos sociales que usan estas cavidades. Muchas veces los pájaros carpinteros lucharon para defender sus cavidades y a veces las perdieron ante otras especies.
Para los autores del trabajo, estas cavidades de descanso son un recurso limitado de alta calidad, y un recurso crítico no solo para esta especie sino también para un amplio conjunto de especies que habitan la selva (Lammertink et al, 2019:8)
En el estudio constataron que los carpinteros “cara canela” viajaron por distancias superiores a un kilómetro entre nidos y dormideros, lo que supone una distancia importante para esta especie, y reutilizaron cavidades de dormidero durante varios años (a veces cambiando de propietario). Las largas distancias recorridas entre nidos y dormideros, el uso continuo de una cavidad dormidero durante varios años (y a veces por diferentes individuos), la alta ocupación de estas cavidades por otros animales y las interacciones agresivas para defender estas las cavidades constituyen evidencia de que las cavidades adecuadas son un recurso escaso en la selva.
Se han encontrado nidos desde septiembre hasta finales de noviembre. En árboles muertos o partes muertas de árboles. Las especies utilizadas Nectandra lanceolata (Laurel amarillo) y Nectandra angustifolia (Laurel del rio) (Lammertink & Klavins, 2012:459) (Lammertink et al., 2019:4)
Short (1982:409) comenta que la muda es entre abril y julio, (no se describen detalles), pero deduce que la temporada de reproducción tendría lugar entre noviembre y febrero. De hecho, el único registro confirmado sobre la reproducción del ave se deriva de fines de septiembre a principios de octubre de 1985, cuando se encontró un nido a una altura de 2,3 m (presuntamente; “2.30 cm” en el original), en un árbol no identificado situado en el sitio para acampar ubicado en el arroyo Ñandú en el Parque Nacional Iguazú (Chebez, 1986) y en el Parque Provincial Cruce Caballero en noviembre 2011 (Lammertink & Klavins, 2012) (Lammertink et al, 2019:6)
Las cavidades que los pájaros carpinteros usan también tienen una gran demanda por parte de otros animales de la selva, y los investigadores encontraron otras ocho especies de aves y al menos dos especies de insectos sociales que usan estas cavidades. Muchas veces los pájaros carpinteros lucharon para defender sus cavidades y a veces las perdieron ante otras especies (Lammertink et al., 2019:6-7)
Se desconoce la duración del ciclo reproductivo. No existen descripciones de los huevos.
No se conocen otros detalles.